Vass Day 06

Hoy actualizo el blog y no es para poner un Retrospecter como viene siendo habitual últimamente (tranquilos todavían quedan muchos Retrospectors muy buenos). Hoy toca hablar del Vass Day, o lo que es lo mismo a esta borrachera paga la empresa.

Para ir al Vass Day solamente tienes que reunir una característica, estar contratado en Vass o ser el hermano del jefe, esa también vale.
Al principio no tenía muchas espectativas en el Vass Day, de hecho me planteé muy seriamente el ir y de haber sabido que ese mismo día, una pequeña comitiva segoviana saldría de fiesta por los madriles, me lo habría perdido. Pero bueno, al final me apunté el último día y no me arrepiento de nada, además nunca he estado en Cuenca y salía todo de gratis.

El viernes 13 fue el día elegido, salimos Arizo y Enrique de Tid a eso de las 3 y media en coches dirección Cuenca, no sin antes imprimir unos callejeros para situar los hoteles y no perdernos.

A las 4 y pico paramos en una gasolinera para rellenar combustible y comer algo, yo no tenía mucha hambre porque me había limado un bocata de tortilla de patatas que había sobrado de la cena anterior y que según Amparo tenía cebolla, cuando me la dejé sin pelar ni freir encima de la encimera... Unas cuantas tapitas con cervecita y salimos a por los coches, cuando ZAS nos encontramos con Javier Latasa, el jefazo de Vass, que casualmente había parado en la misma area de servicio.

Llegamos a Cuenca y nos ponemos a buscar el hotel, me pasa Arizo su mapa vassero y le digo: "nah,déjalo que tengo yo los supercallejeros que ... que ... los tengo en la bolsa en el maletero..." y es que esto es un don que tengo, hago callejeros de todos los lados a los que tengo que ir y luego me los dejo en los lugares más inverosímiles. Mítico fue el día de la presentación del Gran Turismo 4 en las oficinas de Sony, que me dejé el callejero, la dirección del garito, el nombre y telefono de la relaciones de prensa de Sony... y me acabó llevando un pavo en moto que mira tú por donde curraba en Sony e iba a trabajar.
Así que con el mapa vassero que ponía el nombre de 3 calles, fuimos directamente a perdernos, dimos un rulazo por toda Cuenca, hasta que paramos, abrimos el maletero, saco mis callejeros y... nos habíamos salido de los callejeros, menos mal que preguntamos a un bakalilla que pasaba por ahí y nos indicó solo como un bakala puedo hacerlo. "Tira pa'lante, pa'lante, pa' lante, pa'lante, pa 'lante, llegas a una rotonda y pa 'lante y ahí está el hotel Torremangana". Menos mal que hicimos los 5 pa 'lante, que si no nos volvemos a perder...

Ya en el hotel, al recoger la llave, me entero que mi compañero de cuarto se llama Iván. Bueno ya lo conoceré a lo largo del día... Subo a la habitación y veo un libro en la mesilla que no se cómo acabó en mi bolsa de viaje... Me cambio y ponemos dirección al hotel de Arizo, que es donde se iba a celebrar la cena.

Bueno mientras esperamos a que se abriera el salón tomamos las primeras cervecitas de la noche, y al rato charlaza y tostón de Latasa con lo bien que va la empresa. Después más cañitas y pinchitos, y me encuentro con Laura, que llevaría sin verla desde que le devolví hace meses un libro que me dejó en la carrera hacía años, y que fíjate por dónde! había otro segoviano (segoviana en este caso) en Vass.

Pásamos rápidamente la cena, para llegar directamente a la barra libre. Fue aparecer los camareros en la barra y verles el miedo en los ojos, como se abalanzaba hacia ellos una avalancha de sedientos informáticos. Los cuatro camareros no daban abasto poniendo copazas, no dejaron de sudar en toda la noche. Si había unas 150 personas, unas 10 (siendo generoso) no acabaron etílicos perdidos. No había visto tanta gente borracha en un local cerrado (las fiestas de los pueblos segovianos no cuentan) en mi vida. Y no es que la gente "sólo" tomaran 5 o 6 copas, de las 10 no bajó ninguno. Aquí podeis ver algunas joyitas de como íbamos:







Después de la barra libre, hubo autobuses para llevar a la gente a sus hoteles o para seguir de fiestaza, y nos fuimos al Noctropolis, un puñao de garitos juntos que recibían ese peculiar nombre. Los garitos no eran gran cosa, pero aún así cayeron unas cuantas copas más. Luego intentamos meternos en el que parecía más grande, pero cobraban 7 eurazos por pasar y por una copa. Intentamos negociar, pero parece ser que no le caimos bien a la que estaba en la puerta y a pesar de mis capacidades de negociador nato, no hubo forma de conseguir ni siquiera una mísera rebaja de 2 euros, así que optamos por la opción Que les den! y nos fuimos al hotel.

Volvimos al hotel en el Agundezmóvil, conducido por Nico el Francés que ha dejado la bebida ... estos franceses están locos... y llegamos sanos y salvos al hotel. Entro en la habitación y mi compañero o bien no había llegado o bien se había quedado atrapado dentro del armario, nunca lo sabré. El único contacto que tuve con mi compi de habitación fue cuando me despierto después de coger el teléfono (era Paula diciendo que en 10 minutos salia el bus para la excursión por Cuenca), me giro, y veo que no está. Entonces oigo la ducha, llamo a la puerta del servicio y una voz dice "Ya salgo, ya salgo". Se abre la puerta y me encuentro al colega ya vestido, con la maleta en la mano y dice "Hasta luego!" y se pira. Un tío muy simpático que me dejó la impresión de: "Yo a este tío le he visto muy pedo..."

El resto del día fue como una excursión de un grupo de zombis después de haber salido la noche anterior a comer cerebros humanos por un pueblo transilvano... eso sí, ya se había reducido el grupo a unas 80 personas más o menos, los lugareños se habían hecho fuertes con antorchas y tridentes, lo que provocó bajas. O quizá fue que algunos cuando regresaron a su hotel, no hartos de beber, habían acabado con las existencias del minibar... y no miro a nadie..

Cabe resaltar a uno de los guías que tuvimos, que parecía sacado de la Hora Chanante (por algún lado tenía que salir el tema en este blog). Con frases míticas como:
- Oye y ¿estos pájaros pintados en las paredes?...
- Eso son las tontunas de los de arte, que en una noche cogieron y pintaron dosciento, eh? doscientos pájaros por toda Cuenca, si es que... sólo podían ser los de Arte, que también pintaron los ojos a la montaña, ¿lo habéis visto? ¿lo habéis visto?



Después de la visita turística, una comida copiosa, con un pedazo de solomillo con salsa de trufa que estaba inmenso, y es que en casa se aprende una cosa, aunque hayas llegado mamado como una cuba la semana anterior, te levantas y comes como todos, o si no no salgas.

El regreso fue con Agundez y Nico, Arizo y Enrique ya habían emigrado, y fue tranquilo sin incidentes, me dejaron en la puerta de casa, subí al piso y me tumbé.
Para los que quieran estar en una empresa que se preocupa por su empleados, para que vayan ciegos siempre, ciegos siempre, ya sabéis por quién tenéis que fichar. Os espero en el próximo Vass Day.