Viaje a Granada: Día 2

El sábado nos levantamos relativamente pronto y Guille y yo nos dimos un bañete en la piscina, dejando alucinados a cuantos guiris nos veian y es que el agua estaba fresquita, pero aiba Patxi que somos de Segovia eh!

Turno del tapeo, y es que si vas a Granada tienes que tapear, hay una ley que dice que si vas a Granada y no tapeas, en otro lugar del mundo aparecerá una gamba gigante con un sombrero cordobés y generará caos allí por donde pase.

Fuimos a la zona centro, por ahí por donde la Catedral, y a callejear un poco hasta llegar al garito de las tablas. Éstos por el camino me iban contanto que el año pasado casi se dejan la vida comiendose la tabla que les pusieron y yo hasta que no lo vi con mis propios ojos no me lo creí; pero era cierto, la tabla era inmensa. Incluso podrías subirte y marcarte un zapateao encima de ella. Comida y tutiplen por ... 15 euris.

Salimos del garito con la tripa llena, caminamos un rato y ... vemos una calle abarrotada de gente cantando, gritando y con un grupo de tunos en el medio, estas son las cosas por la que Granada es mágica, cuando menos te lo esperas se ha montado una que pa qué y tu estás ahí y simplemente tienes que disfrutar, tomarte más cañitas y unirte al mogollón.

Por fin llegó la hora de salir de fiestaza e íbamos a investigar una nueva zona que nos había recomendado un camarero. Llegamos a la calle en cuestión y montón de gartitos para elegir, una vez más elegimos con sabiduría, el sitio se parece un montón al Metropolis pero sin metros, música de la buena y copas a 3 euris y medio. Pero la casualidad volvía a tocarnos y en el bar entra un hombre, como no recuerdo su nombre a partir de ahora será el Barbacas, y ese hombre es un compañero de curro de Oscar que había entrado a mear!!!

Escursión nocturna por Granada, pasando por sitios emblemáticos como el edificio fantasma de la Junta, donde por la noche se oyen gritos, y por el día los fantasmas les dan bocados a los trabajadores.Así caminando llegamos al garito gayer por excelencia de Grandada, con una Dragqueen en la puerta y con el peor alcohol que te puedes arrimar a la boca, si fuese peor ya sería ácido corrosivo y no podrías ni beberlo, servido por estupendisimo camarero con camisa rosa desabrochá y pendientacos rosas a juego. Un montón de tíos y cero tías, qué más le puedes pedir a un garito?? Fácil, de todo, cualquier cosa por mala que sea, mejoraría el local, Barbacas ahí te luciste...

Menos mal que la cosa mejoró cuando llegamos a las cuevas de la Alhambra, el sitio no se llama así, pero seguro que si preguntas por él de esta forma todo el mundo sabe a lo que te refieres. Y misteriosamente aquí surgieron femonemos extraños. El garito está compuesto por varias grutas con mesas y sillas y en el medio hay una barra. Pero de repente de una de especie de barra-mesa que tenía una telilla que evitaba ver el interior, se empieza a mover esta tela furiosamente. Hasta el punto que salta y se queda tirada en el suelo, pero a los 30 segundos se vuelve a mover y sale una mujer de la tela (la chica estaba vestida) ... totalmente paranormal. Pero no contesto con esto decido ir a evacuar al servicio y me allí oigo voces, y yo pienso joder si no he bebido tanto... vuelvo a oir más voces "El de fuera, el de fuera..." , pregunto "¿Qué pasa?" y me responde "Que me he quedado atrapado dentro"... "Dale una patada a la puerta" Yo compruebo efectivamente que está la puerta atorada y con todas mis ganas le doy un patadón, noto un tope antes de que la puerta llegara a la pared y un chaval con la mano en la cara me da las gracias. Lo mejor de todo es que a ese chaval no le volví a ver más.

Para terminar la noche fuimos al Mae West, un dicotecón que está en la última planta de un centro comercial. En el que había que esperar una cola kilométrica, pero que en unos 15 min ya habías llegado a la puerta. Temazos a cascoporro y unas chiquillas tremendas. La élite segoviana le pone el sello de garito recomendado 100%. Eso sí, prepara 10 euris para la entrada y la copa.

Hora de llegada aproximada al hotel: las 9. (El recepcionista flipó)